Hoy…

Salí de casa de la Loba madre.

Llevo tres días en su cueva, haciéndola compañía, para que no se aburra la pobre.

El cambio de cueva comporta un despiste horario.

Llegando tarde al lugar de trabajo, cosa rara en mí.

Pérdida de autobuses y metro, y alguna carrera por las escaleras mecánicas.

Son el resultado de esos 10 minutos acumulados.

Ahí surgió la idea.

En algunas estaciones del metro de Madrid hay esquinas ocupadas por músicos suburbanos (nunca mejor dicho) y en plena carrera pensé, que era una buena foto hoy el Músico de turno.

Buscare la manera de empezar con fotografías del mundo del metro.

Músicos y viajeros… fauna donde las haya.

Mezcolanza de razas y religiones, venta ambulante, vigilantes del metro siendo todos ellos, una fuente de fotografías inagotable.

Tengo que encontrar la forma de poder hacer esas fotos sin molestar a los protagonistas.

No es fácil según sean estos.

Desde hace mucho tiempo me ha gustado viajar en el metro, aunque tengo que reconocer que con los años, mi olfato se ha vuelto más selecto.

Eso hace que haya momentos en que mi permanecía en los vagones sea algo incomoda.

Es uno de los proyectos  a tener en cuenta con relación con la fotografía.

Como bien sabéis… llego la primavera.

Antaño esta estación, era el comienzo de una serie de viajes un tanto a la aventura o por otras causas que hoy ya no vienen al caso.

Y hoy los viajes los dejo en stand by.

Han perdido el atractivo, falta algo y sin ese algo, los viajes no son lo mismo.

Apelare a la paciencia, y esperare tiempos mejores.

No queda otra eso siendo malo será siempre mejor que viajar por viajar sin ganas.

Mientras intentare tomarme más enserio las fotos, he ido regresando a algunos de los antiguos foros de fotografía, a los que antes era visitante asiduo, como creo que comente aquí en tiempos atrás.

Hay cursos y me vendrá bien coger práctica y experiencia con otra gente.

La primavera trae el sol y las ganas de salir y dejar un tanto la cueva

Veremos cómo podemos llevarlo.

 Este ha sido el vigilante de todos mis pasos en la cueva de La loba madre, no me ha quitado sus ojos de encima en todo este tiempo.

De todas las maneras ya le conocéis.