En ese sofá… de tantos sueños
Sintiéndote sobre mi pecho, tu respiración calmada, tus dedos en mi cara dibujando mis labios.
Es en si el mejor sueño que un lobo pueda tener…
Tus dedos dejan paso a tus labios suavemente… sin prisa, eso ya es historia.
Ahora no hay que esconderse, ni mirar el reloj.
La cueva es nuestro refugio y nuestro cómplice.
Los relojes aquí y ahora, no tienen razón de ser, están en la mesa de la entrada o en la mesilla junto a la cama.
No me interesa saber si hace frio, tu calor y el mío son suficientes para no pensar en otra cosa.
Tu piel es suave y mis dedos corren y se deslizan suaves… no se detienen, no se quedan en punto alguno de tu cuerpo.
Están nerviosos dentro de la calma, te reconocen, saben qué esperas de ellos.
Y ellos no quieren darte otra cosa.
Mi pecho nota el tuyo… mientras como en un descuido te beso el cuello, despacio… perdiendo mi cara entre tu pelo.
Eso hace que aun te pegues más a mí, no hay palabras, hay actos, hay voluntades.
La suma de las dos hace el 100% de nuestra realidad.
Tus labios se pegan a los míos y eso hace que mis sentidos se centren en tu boca.
Nada es ahora más importante que sentirte, que darte lo que pides en silencio mientras yo reclamo lo mismo.
Como si tuvieras miedo a ser oída dices en mi boca… ¡por fin!
Y eso me hace sonreír, la cercanía de nuestros cuerpos han hecho que pensáramos lo mismo.
Tantas noches así, escribiendo esperando respuesta… Oyendo en la distancia.
Que ahora lo que pensamos los dos es que todas las barreras, todos los miedos se esfumaron como el despertar de un mal sueño.
Nunca me había dado cuenta lo bonita y practica es mi vieja camiseta de la NBA.
Te duchaste y es lo que te viste desde entonces… y ahora se convierte en el vestido más bonito y práctico para tu cuerpo.
Me gusta verte con mis camisetas… es como si estuvieras junto a mi piel todo el tiempo.
Y no cabe duda que ganan puestas en tu cuerpo.
Pero ahora no es como te sientan, no, ahora lo que me importa más es como mis dedos tienen el camino libre hasta tu piel.
Recorren tu espalda hasta tu nuca una y otra vez.
No dices nada, tu voz está ausente, pero tu cuerpo grita a cada roce de la yema de mis dedos.
Quiero alargar el momento, quiero que el puro deseo te invada y no puedas mas.
El mío está latente hace mucho, pero no se trata de mi.
Nunca se trato de mí, ahora hoy se trata de completar y cerrar el círculo abierto hace ya dos años largos.
Llegaste a mí por sorpresa, te metiste casi pidiendo perdón por la invasión de mis territorios.
Y venciste toda resistencia, sin apenas darnos cuenta.
El resto solo tú y yo sabemos cómo fue, lo que tuvo que pasar para llegar aquí y ahora.
En este sofá cómplice de nuestras tardes y nuestros momentos.
Donde hemos leído sin hablar, sintiendo la cercanía del otro, sin necesitar palabras.
Donde hemos dormido siestas pegados, como si separarnos fuera el mayor pecado del mundo.
Se han sentado nuestros amigos en el, en tertulias eternas, risas y juegos.
En este mismo sofá donde ahora mismo nuestros besos se hacen más urgentes.
Nuestras caricias más atrevidas y necesarias…
Todo con un solo fin pactado entre los dos de antemano.
Pero yo sigo sin tener prisa, la mía va en función de tus deseos
Esta noche tiene que ser así.
Aunque no prometo aguantar mucho más… esperare tu deseo deteniendo la urgencia del mío
Más besos, mientras mis dedos no han parado de acariciarte.
Y por fin te oigo decir… vamos a la cama quiero ir allí contigo.
Y como comprenderéis lectores de este lugar, esos deseos no puedo dejarlos sin obedecer.
Ósea que feliz Madrugada a todos.
Mientras veo como te pones de pie y lo bien que te sienta mi camiseta de la NBA.
2 comentarios:
¡ Por fin! si...
Ese sofá es el centro de la cueva, de nuestros sueños y nuestros deseos.
No solo llevo tu camiseta, te llevo a ti en mi piel.
Pero olvidaste algo importante, lo que te dije al oido, recuerdas?
"Ahora si eres solo mio"
Es verdad que cuando dos personas se aprecian o se quieren, por mucha lejania que haya y hablas con él o con ella, es como si no hubiese pasado el tiempo.
Entiendo que en tu cueva, y en tu sofa a través de este medio te acercas a tus sueños.
Los recuerdos se hacen en ciertos momentos más latentes... tiempo al tiempo, se suele decir, vete despacio que tengo prisa...
Un beso.
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