jueves, enero 20, 2011

Aparcado.

Llevo casi dos días apartado de la circulación.
Un mal aire en un banco una noche de niebla y el contagio de algún compañero de trabajo, me ha dejado bastante tocado.
Leí  el libro que me aconsejaron… El último Encuentro
Un libro que encierra un monologo sobre la vida en primera persona, yo diría elucubraciones cuando el tiempo se acaba.
Habla de lo divino y lo humano que encierra un ser humano, amistad como eje central.
Donde preside el concepto del Honor prusiano de una época de tiempos atrás.
Fidelidad en todos los aspectos de su extensa definición, triángulos.
Todo para aceptar que llegue la muerte sin más.
Luego he sabido que el autor, decidió anticipar la suya… suicidándose.
Eso no significa que hayan parado mis elucubraciones, mis sueños y mis deseos, por haber leído.
Al contrario casi sin moverme de esta silla o del sofá de mi casa, me ha permitido recrearme más, necesitar más y sobre todo estar cada vez más seguro de lo que quiero.
Donde y cuando llegare a alcanzar mis deseos, no lo sé, es en sí mismo ese el único problema
No es el lobo el ser más paciente, ni el más tranquilo cuando quiere algo.
Mis ansias y mi cuerpo a veces son mi peor enemigo, supongo que por ser lobo, aparte de impaciente.
Pero también se debería suponer que acostumbrado a tales herramientas, debería estar acostumbrado.
Cosa del todo falsa… hay días sobre todo madrugadas que el nerviosismo en la cueva se puede cortar con un cuchillo.
Va acompañado de una sensación de soledad que nunca había sentido
Cuando el propio lobo es un buscador impenitente de la Sra. soledad.
Se siente agobiado por ella a estas alturas.
No por ello estoy siendo alguien sociable, ni busco compañía en la gente que me quiere, más bien todo lo contario.
No quiero, meterles en el desasosiego del lobo.
Ni serviría tampoco a nadie.
Mis necesidades están definidas, sin duda alguna…
Solo la dificultades conocidas desde el primer día me impiden tenerlo todo.
Si todo, es que no quiero más… puedo prescindir de mil cosas que dejaron de tener importancia para mi hace más de un año y medio, inclusive mas eso estoy descubriendo en estos tiempos.
Curiosamente a tenor de que mis necesidades aumentaban en una sola dirección el resto descendía en la misma proporción.
Y lo más sorprendente, no creo que cambie, antes el tener, desear determinadas cosas era un motivo por el que pelearse el motivo de seguir.
Cierto es que he conseguido muchas cosas, y no tengo más… porque a veces, cuando he podido tenerlas me han dejado de interesar.
Hablo de cosas materiales… las relaciones con otra gente es harina de otro costal.
Después de dar una pequeña vuelta con la loba, siempre en mi regreso, las ideas hierven, queriendo convertirse en realidad.
Empujar los relojes, cambiar por arte de magia, la situación.
Es tan evidente la realidad… que a veces el pedirme calma a mi mismo me parece un insulto.

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