lunes, noviembre 15, 2010

Invierno en los soportales




El invierno llega a Madrid, los soportales del centro de la ciudad, se vuelven a llenar de personas que entre cartones y plásticos, duermen en las aceras.
Cada vez hay gente más joven entre estos personajes desarraigados, cuando me encamino a mi trabajo, ellos son despertados por la policía municipal.
En sus ojos al menos en la gran mayoría se puede ver resignación, por llamarlo de alguna manera.
Aceptar la situación en definitiva es una forma de ir cayendo por el terraplén.
No es aceptación eso es simplificar situaciones que en muchos casos son dramas personales, enfermedades o dependencias.
Eso fue escrito esta mañana en un rato suelto entre teléfonos y llamadas telefónicas.
Lo malo que tiene el horario de invierno es que uno, llega al trabajo siendo aun de noche y sale para regresar a casa y se encuentra con la misma oscuridad.
Ya han vuelto a los soportales, no es que vayan a dormir, no,
Estas horas son el momento peor del día, vino barato comprado en los chinos, calientan los cuerpos y confunden los cerebros
Cuando paso por esas zonas, palabra de honor que la ciudad para mí se convierte en más gris si cabe.
Intentare hacer fotos, digo intentare, porque sé por experiencia propia que no les gusta que les fotografíen.
Les comprendo, yo haría lo mismo en su lugar, si sirve de explicación ese tipo de foto no la hago, por curiosidad, ni mucho menos, más bien al contrario espero que si alguien puede ver lo que yo veo cuando las hago, cambiara algo la forma de mirar a esta gente que no dejan de ser, los que peor suerte tuvieron en el reparto.
Sabiendo también, que es un mundo oscuro, donde la picaresca y la delincuencia. se alimentan.
Esta mañana hablaba de la juventud de algunos de ellos, pero también tengo que decir que el número de mujeres también es mayor, que otros años.
A veces me quedo mirando y me pregunto, los porqués, término cabreándome conmigo mismo, como si rompiera el último rasgo de intimidad que les queda.
Y eso que no lo hago por curiosidad malsana, intento comprender.
Y ante la mala suerte, hay poco que comprender, de eso todos sabemos un poco.
Lo curioso de las ciudades inhóspitas como Madrid que todo convive con todo.
Grandes marcas en las tiendas, extranjeros que deambulan por las calles, todo mezclado, con esta gente que sus únicas propiedades son unos cartones, y en el mejor de los casos un saco de dormir.
Sé que es un tema que he tratado más veces en el blog, pero me hierve la sangre viendo la situación a la que puede llegar el ser humano.
Por el mismo y la frialdad con la que es aceptada cuando pasan por delante de nosotros.
Sé que mañana en la parada donde me bajo del autobús, justo en frente se está haciendo la cola para que los más afortunados, puedan desayunar y meter algo caliente en su cuerpo, en un comedor social.
El resto tendrá que esperar a mañana, o si tiene suerte, la hora de la comida en otro comedor, eso si el vino, no lo ha dejado en cualquier banco tirado.
Una vez mas lo que veo y quiero decir, se queda lejos de lo que reflejaran estas letras.
Pero no me rindo… sea con fotos o con escritos seguiré hablando de ellos.
Al menos alguien tiene que acordarse de ellos.

La foto fue tomada con una cámara prestada y es mala técnicamente pero al menos sale un personaje que puede dar una idea de lo que he comentado.

2 comentarios:

Licenciado dijo...

A quien le importa, que más da que uno más muera de frio ¿quien se preocupa por ellos-as? nadie, el que esta caliente y tiene techo no se acuerda de los mas desfavorecidos.
El buen samaritano, si es que queda alguno,espero que si, alguna que otra vez le podra ofrecer un café, otros no quieren nada, se les hiere en su orgullo, si me pongo en su piel, no sabemos porque circunstancias habran llegado a esos extremos, y claro lo mas fácil es sacar conclusíones, cierto es que tampoco te puedes fiar, habra de todo.
Que nunca se juzgue, se lo que es pasar a los exremos,hablo desde mis propias carnes, hoy soy afortunado, la familia sufre y toda persona que se precie de ser tu amigo, NO LO VES, estas en tu mundo, pero alucinarían si supieran cuantas personas grandes hay votadas por esos mundos.
Gracias por acordarse, de los que no hemos tenido techo, en particular ha sido mi caso, problemas que no vienen a cuento, otros porque no son aceptados por nuestra basura de sociedad, y otros porque desgraciadamente no tienen a nadie, y cuando digo a nadie es a nadie, ni nuestro gobierno, somos escoria y un mal ejemplo y verguenza para nuestra sociedad y sobre todo para el que viene de fuera.
Un nuevamente encontrado, Licencíado, y abogado.
Saludos.

Anónimo dijo...

Durante muchos años, quizás 10todas las mañanas en la puerta de mi trabajo.. tenia que sortear para entrar a un hombre que dormia alli o en el cajero .. Todo el barrio le conocia y le apreciaba. Le ofrecieron muchas veces un techo y se negaba.. Un día de repente desapareció.. comentamos si habría muerto.. Hace un par de meses salió un reportaje en el periodico local, al fin habia accedido a instalarse en una residencia.. Podeis creer que, aunque su aspecto era magnifico, limpio y aseado... sus ojos denotaban una gran tristeza?

Sii, de inmediato pensé en un pájaro enjaulado..

Hay casos y casos..por supuesto.. y es dificil pasar de largo sin sentir un nudo en el estómago.

((ª;ª))