viernes, marzo 15, 2013

Seguimos en Córdoba

La verdad es que la mochila pesa y aun no la he abierto para hacer una mísera foto.
Haber si se explicarlo...
Durante un tiempo, veía las fotos antes de hacerlas.
Las veía... Sin mas
Ahora me cuesta trabajo encontrar que fotografiar.
Por eso creo que tengo que fotografiar personas, son mas fáciles y dicen mas.
También la gente se puede mosquear y con toda la razón del mundo.
El otro día en Twitter,  a la gente que sigo o bien...
Son fotógrafos, gente de la NBA (lo mío si que es imaginación) vi la pagina de un fotógrafo que había hecho un viaje por Asia y todas sus fotos expuestas eran de gente.
Tanto en color como en Blanco y Negro, las de color eran retratos todos ellos retocados donde los ojos y las arrugas destacan de una forma impactante, al menos para mi.
Luego la de Blanco y Negro eran situaciones, también notables.
Pues bien... yo no encuentro de esas fotos. 
No es necesario viajar por Asia eso lo se.
El tema es verlas y poderlas hacer.
Como dije el otro día se trata de encontrarse uno consigo mismo, lo demás sale sin pensar.
Ocurre también con lo que escribe uno, hay veces que me gustaría contar mil cosas y no se por donde empezar.
Otras sin embargo hasta hay que parar los dedos porque todo fluye sin pensar.
Lobo a la ducha, hay que lavarse de vez en cuando y mas después de haber estado una buena parte del día metido en carretera.
Me parece que he venido justo yo de ropa, pocas camisetas he traído,
Espero que cuando llegue a Tarifa sigan existiendo los mercadillos que vi la vez que estuve por allí.
Eso me pasa por llevar bolsas pequeñas...
tengo que organizar el maletero del coche, llevar mas repuestos para estos casos.
Con lo desorganizado que soy para otras cosas, estas me gusta controlarlas.
Una mochila pequeña con las botas de montaña y con unos pantalones y un par de camisetas avían cualquier cosa.
Mientras me visto, miro el correo pendiente y busco alguna pagina sobre la ciudad.
Mañana daré una vuelta y elegiré dos o tres sitios para visitar.
Ahora al ascensor y a preguntar en recepción donde cenar bueno, bonito y sobre todo barato.
Cambio de guardia no están los mismos que cuando llegue.
Joder los recepcionistas de los hoteles ahora parecen salidos de un patio de colegio.
Este ni se afeita todavía, a ver si me indica un sitio para cenar que no den potitos.
Lobo mira que te pasas...
El chaval, te ha dado hasta un mapa de la zona para que no te pierdas.
(este también me ha visto mayor y no quiere que me pierda al regreso)
Pues lo dicho, un pequeño restaurante a dos calles del hotel.
¡¡Eureka!! Rabo de toro.
hacer puñetas los bocatas de tortilla o de jamón.
Un rabo de toro guisado y una Alhambra de esas de reserva que las hay y luego un postre ligero con café.
Y se acabo la miseria, me gusta el sitio es de esos con mantelitos de tela a cuadros rojos y blancos, las sillas no son de plástico todo un detalle, se esta bien en sitio este
Que no se entere nadie... esto me lo han contado, la camarera es simpática y es guapilla.
Y tengo yo comprobado que cuando las camareras son agradables, la comida saben mejor.
Aparte de las bromas el rabo de toro esta de pm o dicho mas fino de chuparse hasta las muñecas.
Un flan casero, y sin ningún  telediario estropeándome la digestión.
¿Quien puede pedir mas?
Puestos a ponerle pegas...
Lo malo de todo esto es que... no puedo fumarme un cigarrillo tomándome el café
En estos momentos, uno se siente mas callejero que nunca.
Uno fuma mas en la puñetera calle, que cuando tenia 14 años a escondidas de sus  padres y profesores.
Yo por ejemplo iba a los billares, allí se podía fumar
Tiene narices la cosa...

3 comentarios:

Adelina dijo...

Se disfruta leyéndote. Llegas cuando narras :)

Un beso

Sakkarah

Anónimo dijo...

Estoy contigo en lo de fumar.
Ya sé que ahora estamos mal vistos, pero no se disfruta lo mismo una comida sin el cigarrito de sobremesa.
Parece que la comida no sabe igual por muy guapilla que sea la camarera... ;)
Q.

Lobo dijo...

Me pongo colorado yo muy rápidamente.
Ah por cierto... lo de la camarera es una licencia del que escribe.
A mi me sirven camareros con bigote, sólo cuando tengo dinero para comer fuera de la cueva.