Me cabrea a mi
ese hecho tan común, hay que ir al fin del mundo en busca de los contenedores
especializados en el arte del reciclaje
Venga vamos que
de los cobardes nunca se escribe nada agradable.
Una sudadera con
capucha y las escaleras para encontrarme con el frío casi polar de la calle.
Vivo en una zona
nueva, de casas de protección oficial, de esas que durante la burbuja
inmobiliaria todo el mundo quería, y una vez que estallo la bomba bancaria,
mucha gente tuvo que abandonar su sueño y con ello sus casas.
La mía es
pequeña, pero a mi me sobra y tiene todo lo que yo puedo necesitar.
Yo diría que
hasta con lujos, me permite ser independiente, es lo que más me gusta quizás de
esas nuevas viviendas, del Garaje al piso sin ver a nadie.
En eso soy raro
o mayor, como dirían por ahí,
el edificio
donde vivo tiene un parque interior donde los enanos pueden correr sin problema
y para tranquilidad de sus padres.
Luego esta la
piscina, que a horas determinadas uno puede usar sin que haya nadie por los alrededores.
Baje las pocas
escaleras que me separan de la calle, recibiendo una bofetada de aire frío.
Si no me hubiera
despertado hace ya un rato, El golpe me hubiera echo pegar un grito.
Como dije antes,
hasta los cubos de la basura hay un paseo que en otra circunstancia se hace
largo (estoy mayor) y en estas condiciones una putada en castellano callejero.
El aire en la
zona, es un vecino más, los primeros días, se hacía oír por toda la
casa y uno se acostumbra a casi todo.
me
encamino a buen paso a hacer la visita obligada al chino, barra de pan café y
algo de chocolate para esos ratos tontos que tiene el día.
Sin olvidar el
tabaco en el bar de la esquina, nuevo como el barrio, pero cerca y recurso para
el tabaco.
Alguien diría
que demasiado recurso, pero tan solo es eso que poco no es.
La verdad es que
hay cuatro bares en pocos metros, como ya se sabe es el negocio que nunca
falla.
Esta el llamado
como el mismo barrio, LA LUNA, regentado por una pareja joven, que pretende
ganares la vida.
Suelo ir los fines
de semana, a comer una hamburguesa con patatas fritas y mis dos tercios de
Heineken,un café solo, siendo esa mi comida de sábado o domingo.
Es pequeño, no
tiene sitio para mesas, a mi no me importa demasiado, un rato de charla con la
pareja y a la cueva de nuevo.
Ahora la
conversación gira al rededor de que esperan que llegue al mundo en pocos meses
un nuevo vecino al barrio.
Un personaje
como yo hablando de embarazos y de niños es raro.
Pero me adapto
yo fácilmente.
Me espera mi
sofá, donde veo, mejor dicho... dormito, mientras en la televisión retransmiten
algún evento deportivo.
Las películas en
televisión suelen ser repetición hasta que los espectadores puedan pasar un
examen sobre la película de rigor.
Teniendo en
cuenta los gustos de los programadores y los otros programas no
están de acuerdo con mis preferencias.
Me quedo con
cualquier deporte que haya en cualquier canal.
No aguanto la
prensa rosa, esa que habla de la vida de otros, como si fuera parte de nuestra
familia.
a mi la familias
ajenas no me interesan nada.
Misión cumplida.
De momento voy cumpliendo mis plazos de escribir, no se yo si las chorradas interesa.
Amenazo con seguir.
1 comentario:
Siga escribiendo, usted es muy gracioso Sr.Lobo.
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