jueves, enero 27, 2011

¿Que pasa por la cabeza del Lobo?

¿Por mi cabeza que pasa?
Tantas cosas que parece un mercadillo en un zoco árabe, y decir que no se ordenarlas me parece una perogrullada.
Sé que el tiempo (toda clase de tiempo) pasa, y no se pueden dejar dormir las cosas.
Y yo tengo asuntos pendientes de todo tipo, relanzar el tema de la cueva está en la primera línea de interés
Pase lo que pase con el Lobo, tiene que hacerlo separado de lo que ha tenido hace tiempo.
No sé que pasara después… la cueva será una realidad tarde o temprano.
¿Vacía?
Si, cabe esa posibilidad… no voy a esconderme ante algo así.
Hay soledades y soledades, y venga la que venga, habrá que decirla que tome asiento y se ponga cómoda.
No es ironía es practicidad, las cosas son y la realidad rebate otro tipo de sueños o deseos.
Esto ya no es la actitud que se toma como costumbre a principio de cada año.
Es algo más serio y más real…
Tengo compromisos en un futuro inmediato que quiero acometer para dejar en marcha varias cosas a las que me comprometí.
Eso tiene que ver con internet, páginas y algún medio de comunicación pactado con amigos.
Pero eso no me preocupa, o tan solo a un nivel de hacerlo lo mejor posible.
Y por lo que he ido haciendo y la gente que me está ayudando, parece que al menos encaminado esta.
Luego funcionara en manos de gente que tiene toda mi confianza.
Yo estaré pero más retirado… necesito buscar y encontrar sitio.
La cueva es la base, intentare que sea aquello que tantas veces he soñado aquí.
No algo bonito ni elegante, de eso estoy seguro.
Práctico y lleno de contenido, para alguien raro y extraño como yo.
Necesito ese lugar para leer, para mis fotos… para que la música suene y sea lo que ha sido siempre… mi compañera de mil años
Me preocupa tener mis cámaras bien guardadas, casi olvidadas…
Me preocupa, no ver fotos en los soportales, que la gente haya dejado de tener rostros y expresiones que me llamen la atención y quiera captarlos con mi visión.
Que vea edificios antiguos o construcciones espectaculares y mi atención para ellos no exista.
Por eso quiero marcar las preferencias, crear lo necesario para retomar lo que tantas madrugadas me ha llenado.
Tantos viajes con el pretexto de esa foto, a ese lugar o a esas gentes.
Aquí y ahora mismo, me rodean las cámaras, libros de fotografía, y parece que me reprochan su inactividad.
Será cosa del tiempo (interprétese mi propia edad)
Hace pocos días si sentí la necesidad de usar la cámara, hacer mil fotos.
Pero no las hice, lo desee mucho, pero al final la realidad fue que no se hicieron.
Necesito hacerlas, rodearme de ellas en las paredes crear mi propio rincón con mi visión de lo que me dice y me cuenta algo.
Buenas o malas regulares u horribles.
Pero mías y con una visión propia de algo que otros ven a su propia manera.
Os parecerá mentira pero mientras escribo veo en mi mente (ya no es imaginación) realmente cada rincón de esa cueva nada grande.
Pero llena de eso que necesito que me acompañe.
Una explicación a todo esto que digo la acabo de vivir en mis propias carnes.
Baje por mi café, compañero fiel y silencioso donde los halla y la protesta por el olor a tabaco que sale de mi cubil.
Más no puedo hacer, la ventana abierta un extractor de humo funcionando horas.
Sé que puedo llegar a ser incomodo para otros, eso lo sé sin que nadie me lo recuerde.
Forma parte de mis señas de identidad
Por eso también deseo dejar de ser motivos de molestia.
A veces echo de menos una etapa de mi vida donde conseguí la distancia suficiente de todos y de todo como para que nadie se preocupara de donde estoy o que hago.
Aunque el tiempo no vuelve se quema.
Por eso hay que seguir, buscar y encontrar la fórmula de ser y existir.

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