martes, diciembre 07, 2010

Necesito un E-book

Hoy leí… hasta el agotamiento, mi deuda con los libros empezaba a preocuparme.
Se acumulan.
Lo del e-boock empieza a tomar fuerza en mis decisiones, necesito leer, con ello, logro alejarme de la realidad cruda que a veces tengo en la cara y me niego a ver.
El caso es que leí bastante, no es que el libro me este gustando especialmente, o será que yo estaré poco receptivo.
Estoy en sus comienzos espero que mejore…o terminare dejándolo apartado.
Aparte de haber interrumpido la lectura en dos o tres ocasiones, mis nervios, esos que tan aferrados a mí están, no me dejaban esta noche permanecer sentado mirando la pantalla esperando milagros.
Y con una chaqueta que ha terminado empapada, fui a dar vueltas a pie, esta vez sin rumbo fijo.
No puedo seguir esperando que se me comprenda.
De mis reflexiones y de algún comentario que otro, saco la conclusión… que el lobo retirado regala paz a propios y a extraños.
Y como bien se sabe, jamás estaré donde crea que no debo estar.
No hay mucho que explicar a eso.
Los pasos entre los charcos, aparte de reflejar una sombra.
Debajo de las farolas, ofrecían mi propio reflejo que indicaba, que la noche y la lluvia era el sitio idóneo para mí.
A cambio... Sosiego y relajación en otros hogares.
En mi mochila nunca hubo ni paciencia, ni tampoco desconocimiento hacia donde me tengo que encaminar.
Los caminos todos sabemos dónde nos llevan, o al menos porque los iniciamos.
¿Qué hay sorpresas en ellos?
Cierto es, y tampoco se elige sin son buenas o malas, uno las recibe de frente y reacciona tal como sus propios instintos y reflejos le permiten.
De lo que si llevo en mi mochila es la seguridad y últimamente exceso de explicaciones.
Doy lo que soy tal cual, ofrezco mi realidad y no pretendo enfrentarlas con otras realidades o seguridades.
Simplemente se toman o dejan, interesan o se dejan correr.
Sin obligaciones para nadie… eso si lo tengo muy claro, conmigo no existen los compromisos.
A veces me parece cómoda mi postura, respetuosa con las decisiones de los demás.
¿Pero como enfrentarme con lo que no domino?
La supervivencia tal y como la ven otros tiene que ser respetada.
Mi acceso siempre está vetado.
Esperando, o moviéndome según los actos de terceros y cuartos.
Que yo sea un habitante, de la sombra, no quiere decir que dé pasos atrás cuando algo quiero, necesito o busco.
Ni me esconda de nadie.
Cuando alguien quiere verme a la luz, me encuentra dando la cara.
Pero eso no se quiere, al lobo se le teme, se le esconde.
Y una vez más aquí... en la cueva, la taza de café vacía y el cenicero a rebosar (para alegría de la ministra de economía).
Llego a la conclusión de que en esos paseos pasados por agua, me deje la cordura y la fórmula para explicarme mejor.
No sé si lo escrito tiene lógica para alguien.
Pero lo siento, no voy a dar otro paseo buscando… cordura ni maneras para explicaros como se siente el Lobo una noche lluviosa de un puente de Diciembre.

2 comentarios:

morrua dijo...

Te recomiendo un libro que engancha, a mi me gustó muchisimo. no sé si lo habrás leido es de Julia Navarro, y su título, Dime quién soy.
Si no lo has leido espero que te guste. Un beso.

Lobo dijo...

Ahora dirás tu que es que me gusta llevarte la contraria.
Ese es precisamente el que estoy leyendo.
(no quería yo hacer mala publicidad)
Al menos en su comienzo no le he pillado la gracia yo.
Pero no me rindo... gracias de todas las maneras por la recomendación