Buenos Días…

No me he perdido, ni me pasa nada, tan solo use la noche como se.

Solo y sin testigos.

La rabia se canaliza, y eso hice, se controla…también lo logre

No hay mucho ni aquí se darán más explicaciones.

Regrese a la sombra y regrese al punto de inicio, mis sitios y mis lugares… y me lleve mi sueño conmigo.

¿Cambiar?

Imposible, soy el que soy, Lobo me llamaron con motivos antaño.

Y lobos llevo en la piel…

La noche, la carretera y la música dos compañeras que son usadas por mí.

El lugar no importa, pero aquí lo he descrito creo que alguna vez.

No lo creo, lo se.

Un barranco donde el silencio de la noche, no existe, árboles movidos por el viento, agua bajando, convirtiendo el ruido un compañero más de viaje.

Y la soledad esta vez buscada y deseada.

No tengo motivos… ni he venido hasta aquí a justificarme, deje a otros la responsabilidad y la opción de intervenir donde solo yo puedo llegar.

De la cobardía de otros, nació la reflexión sobre mis actos.

Motivos hubo y existieron en su momento, y otra contradicción mas de la vida, el convencimiento también.

De que nada tuve más intenso, más fuerte y más profundo que mi sueño.

Y lo dañe, cuando me jure protegerlo por encima de todo.

Y fue con la verdad cruda, por encima de todo… con ella por delante.

Repetí varias veces… pregunta, ahora no te escondas en el silencio, y permitas albergar la duda al lado de tus miedos.

Y la verdad salió de mis labios, porque, como y cuando… y según, salía a la luz.

El daño iba en aumento… adueñándose del sueño.

Y mi voz se iba mostrando ajena a todo, como si fuera otro quien hablara por mí.

Una y otra vez, kilómetro tras kilómetro se ha ido repitiendo en mi cabeza el instante.

Hasta no poder mas, en un lugar da igual el sitio pare y baje y entre en un lugar de carretera, con cuatro personas que hablaban en una barra como si llevaran allí toda mi vida sin moverse.

¿Cuántas veces he visto lugares así?

Un café solo cargado y un cigarrillo como compañero y las miradas de esa gente que parece sacada de una mala película que responden con un gruñido a Buenas noches.

Y durante varios minutos te observan como si hubieras roto la magia de un sitio que parece que siempre fue igual.

Con ese café quemando en mi boca conseguir romper.

El ritmo de los recuerdos inmediatos, y el intruso pasado los primeros momentos, dejo de ser el motivo de curiosidad de los habitantes del sitio.

Después de dos cigarrillos y la cabeza vacía de imágenes y sonido.

Me sorprendió mi propia voz pidiendo otro café y una botella de agua fría lo más fría posible por favor.

Y como en un mal sueño después de pagar, el continuo pasar de las líneas blancas de la carretera oscura infinita una tras otra.

Cuando pensé que había dejado atrás los pensamientos, en la curva siguiente me estaban esperando sin poder rechazarlos ni dejarlos atrás.

No hablo de las acciones de otros… esas han tenido importancia tan efímera como el surgir de una rabia ciega.

Y se apago tan rápida como el paso de las rayas delante de mis ojos.

Es el lobo quien tengo delante buscando porque, y hoy todo parece lejano y sin motivo alguno para que las cosas ocurrieran.

Ocurrieron por eso estoy aquí, y de ser lobo a tener sueños hay mil abismos que franquear.

Llegue al barranco ni la luna se atreve esta noche a entrar conmigo… ahí te las apañes lobo.

Tus pensamientos son tuyos y tus acciones tu responsabilidad.

A veces la claridad de tus ideas no es lo que buscas, porque saber que quieres, que es lo único que deseas.

Habiendo sido el lobo de antaño aunque luego lo controlaras, pesan y lo hacen tanto que es como si el aire te faltara del pecho.

Que abres la boca sin saber si lo que quieres es respirar o aullar en medio de las rocas del barranco.

Cuando el aire dejo de jugar al escondite con mis pulmones como un autómata regrese a mi coche.

Y sin pensar no había falta puse el camino de regreso a donde partí.

Y viendo a los lejos las luces en la noche casi amaneciendo, puse rumbo a mi trabajo sin pasar por la cueva. Otro café y aquí estoy sentado rodeado de papeles a los que no puedo prestar atención porque sus letras ahora mismo se empeñan en no dejarme leer ni ver sus números impresos en ellos

Por eso voy a dejar de escribir e intentar que al menos los papeles sean capaces de decirme algo que pueda entender.

Termino como empecé… buenos días el Lobo esta bien.