viernes, noviembre 26, 2010

El Barranco de la Hoz... un viaje que es una promesa.



Levanto el teléfono para llamarte…
¿Nos vamos al Alto Tajo?
Cuando salga de trabajar, comemos cualquier cosa y nos ponemos en camino ¿te apetece?
O podemos irnos mañana a primera hora… tu decides.
OK entonces metemos lo imprescindible en las mochilas y nos vamos… ya buscaremos sitio donde dormir.
Así comienza el viaje donde quiero llevarte… son unas dos horas de coche, sin prisas.
Donde vamos, el tiempo se detiene… ya lo comprobaras por ti misma.
El viaje es cómodo, solo la salida de Madrid hasta Alcalá de Henares, es un tanto complicada pero luego, es dejar rodar el coche.
Pararemos a tomar un café…Conduces tu, hasta donde encontremos alojamiento.
En el mismo barranco, hay una posada para viajeros, en la Ermita del barranco.
Yo he dormido allí dos veces, no es que sea el lugar más cómodo del mundo, y ya hace frió.
Tiene el encanto de una gran chimenea en la cafetería, donde ver el crepitar de las llamas, y el olor a leña.
Y las noches frías pero sin nubes donde la luna reina como tu haces en la cueva, me gusta dar una pequeña vuelta y sentir el frió de la noche en la cara, hasta que la claridad de la luna permita ir
Elige el sitio para dormir… yo tengo el trabajo de ir mirándote todo el viaje.
Un trabajo por el que debería pagar yo, ahora no tengo prisa por llegar a ningún sitio.
La musica la eliges tu, yo haré el viaje pendiente de otras cosas.
Es un viaje hecho por mi cientos de veces, desde mi niñez esa carretera ha contemplado mi evolución, hasta este mismo momento.
Casi sé de memoria el orden de los pueblos, algunos en esta época, son como pueblos fantasmas, sin nadie en las calles.
Solo algún hilo de humo saliendo de las viejas chimeneas de piedra.
Detrás de esa curva hay un valle ¿paramos y fumamos un cigarrillo?
Como pretexto no esta nada mal, me apetece besarte y es un buen sitio.
Después de soñar durante años, con besos así, no voy a dejar pasar ni una oportunidad.
Ahora ve despacio bajando esta cuesta, justo antes de llegar a la curva tienes un desvío a la derecha.
Ve despacio la carretera es estrecha, pasaremos por un pequeño castillo y llegaremos al pueblo.
En el pase de niño muchas vacaciones de verano.
Pasaremos por la plaza del pueblo pero sigamos hasta el Barranco.
Queda poco tranquila… Aquí empieza el barranco, para en el recodo del río ahora, conduzco yo no quiero que te pierdas nada de lo que vas a ver.
Es casi de noche, pero mañana temprano lo veras todo despacio.
No esperabas algo así, no pero no has visto nada aún, a mitad del barranco pararemos en la Posada y tomaremos el café delante de la chimenea.
Del calor del coche al frió algo húmedo por la cercanía del río.
No puedes ver el paisaje que te rodea ya es noche cerrada, pero si sentir la cercanía de los farallones de roca que rodean todo.
Hay gente en la cafetería, de los pueblos de alrededor, es un ambiente donde todos se conocen y nuestra llegada, despierta la curiosidad de los parroquianos.
Buenas noches… ¿que quieres tomar?
Todavía notas el frío en tu cara, un café con leche y uno solo con ron.
Y nos acercamos a la chimenea encendida casi todo el invierno, los domingos allí mismo los fines de semana señalados se cocinan corderos y cabritos en grandes cantidades.
¿Nos arriesgamos a dormir aquí?
Siempre tenemos los sacos de dormir en el coche, frió no pasaremos.
Tú decides…
Reconozco que estoy disfrutando, me gusta ver tu cara, esa que durante tanto tiempo me has escondido, brillando por el resplandor de la cercanía del fuego.
Y tus ojos esos no necesitan fuego para brillar por si solos.
Nos quedamos aquí, y tu sonrisa es ahora esa que yo he imaginado tantas veces.
¿Segura? Esa pregunta mira que la has escuchado veces tú de mis labios.
Si si… y sigues manteniendo esa mirada picara, vale voy a ver que habitación nos dan.
Cuando me levanto… como sin querer me agacho a darte un beso rápido, robado casi
Y te digo sin darle importancia, me va a gustar a mí verte cuando te metas en la ducha, y ver los resultados.
No espero tu contestación voy al camarero y le pregunto si tienen habitaciones, y no hay problema alguno.
La habitación más habitable, y con el cuarto de baño más cómodo es lo que le pido.
Dentro de lo que se puede pedir, no está mal, limpio, tenemos tiempo mientras cenamos, la habitación con la calefacción existente podrá tomar temperatura.
Mientras sigues mirando el fuego salgo a coger las mochilas al coche y las subo a la habitación.
Y como no. Rescate una de las cámaras porque quiero hacerte una foto con el fuego de la chimenea como fondo.
Sentada en un banco de madera a poca distancia de la chimenea, continuas mirando al fuego.
En tu mundo interior una pierna apoyándola sobre el borde el banco y tu barbilla apoyada en ella.
Esa manera tuya de pensar la conozco… y sin decirte nada, no creo que te hayas dado cuenta de mi presencia, hago la primera foto del viaje.
Da igual si sale bien técnicamente es especial en sí misma.
Una no tres fotos… buscando robarte lo que piensas, lo necesito tanto como respirar.
Siempre me pasa eso contigo… lo quiero todo.
Al final te diste cuenta de lo que hago, y sonriendo me dices ¿ya empiezas?
Nunca terminare… ¿quieres algo más?
De beber, no pongas esa cara que aún es pronto listilla… y nos echamos a reír los dos.
Te cuento lo de la habitación y que están ya las mochilas arriba.
Como no…
Tú quieres verla, se me tenía que haber ocurrido.
Pero como cuando quieres, eres rápida, me pides la llave y sin casi darme tiempo sales en dirección de la cueva temporal
De repente te digo coge el portátil y la conexión a ver si tenemos suerte y hay cobertura.
Y muy seria te vuelves y dices mirándome fijamente, no, no necesitamos portátil.
De acuerdo te espero aquí voy a ver qué hay de cena aunque es pronto aún.
¿Nos damos una vuelta antes de cenar hasta el rio?
Vale si tú quieres por mi sí, pero cógete algo que te abrigue mas, hace frio fuera y se notara el cambio.
Para cenar no hay pega ninguna la carta está bien sobre todo para un lobo,
Casi todo es carne y alguna trucha de rio.
Eso me recuerda que en las acequias de ese pueblo, siendo un niño nos íbamos a coger cangrejos de rio y a pescar truchas con los pocos medios que había entonces.
Cuando pido una cerveza, sonrió cuando me pregunta que marca quiero… Mahu un tercio por favor.
No puedo evitarlo cuando me acuerdo de la Cruzcampo un repelús me sube por la espalda.
Entretenido y pensando cómo han cambiado las cosas de repente (de repente es un decir)
Llegas por mi espalda y abrazándome, me das un beso justo en tu símbolo.
Y al oído me dices tengo ganas de decirte…
Y dándome la vuelta cogiéndote de la cintura te miro y te digo pues hazlo… Ya nada te impide decir y hacer.
En ese momento el camarero rompe la magia preguntándote si quieres algo,
Una cerveza, y yo recordando mis pensamientos de antes te digo ¡¡Nada de Cruzcampo!!
Y te echas a reír, jodio lobo dices, pero sigues riendo.
Después de tomarnos la cerveza y fumarnos un cigarrillo nos atrevemos a salir a la calle
El ambiente y el calor del local hace difícil la salida por el cambio de temperatura.
Abrígate me dices, y entre bromas y risas salimos a la noche.
Una noche con una luz algo perezosa, luce pero entre nubes, ahora estoy ahora me escondo.
De la mano echamos un vistazo al coche no sea que dejáramos algo abierto.
Y echamos a andar por la carretera, el frio se nota en las manos y la cara.
Es una zona donde muchas veces dan las temperaturas mínimas del País.
Estamos muy cerca de la provincia de Teruel, y allí no hay término medio con respecto al frio.
Apenas vemos donde andamos, solo el ruido del río nos orienta en donde estamos.
Después de un rato de caminar, el frio va haciéndose más intenso y decidimos volvernos.
Huele a bosque en otoño, y el rio suena rápido, en esta época suele ser así.
Aunque no ha llovido lo suficiente, se nota que lleva caudal.
Aun no sabes donde estas, mañana cuando te levantes te llevaras una sorpresa, no te imaginas el paisaje que nos rodea.
Y cuando salgamos de la Posada conocerás los sitios donde el Lobezno correteaba y se bañaba.
De regreso a la posada va siendo hora de cenar… nos arrimamos a la chimenea y preguntamos si podemos cenar allí mismo.
Mientras esperamos bebemos otra Mahu y aprovechando que me senté en el banco a horcajadas te sientas de la misma manera apoyando tu cabeza en mi pecho. Y aprovecho la postura, tu cuello a mi alcance es más que una provocación.
Mientras mis dedos juegan con tu pelo te beso y muerdo suave.
Y protestas, lobo si empiezas hacer eso no cenamos…
¿Quién quiere cenar yo tengo la comida a mi alcance?
Vale seré bueno… pero me pides imposibles, y uno es un lobo con todas las de la ley y un cuello es un cuello y al tuyo lo he tenido ganas mucho tiempo.
Salvada por el camarero, nos trae la bandeja con la comida.
Yo gruño para mis adentros pero también soy civilizado a veces.
Y comenzamos con la cena, no tengo demasiada hambre pero el cabrito esta bueno y tierno.
Y haciendo planes para el día siguiente cuando nos queremos dar cuenta, terminamos de cenar.
Yo necesito el café en vena, y pido uno con un poco de ron.
Tu pides otro y mientras esperamos que los traigan me enciendes un cigarrillo.
Los dos miramos al fuego es como si nos pusiéramos de acuerdo buscando la comprobación de que esto no es un sueño.
Entra un grupo de gente en la Posada riéndose y hablando fuerte…
Eso nos hace despertar de esa reflexión y como si nos hubiera puesto de acuerdo el fuego de la chimenea tus labios se pegan a los míos y no quieren separarse.
Es uno de esos momentos que nada importa y el tiempo es algo teórico porque lo que pasa en nuestro interior es más fuerte que cualquier otra cosa que ocurra.
Estamos otra vez en el banco de madera en la misma posición.
Me preguntas ¿mañana donde me quieres llevar?
Daremos una vuelta por el barranco y regresaremos al pueblo que hemos dejado atrás.
De allí sale una carretera que lleva a un mirador justo encima de donde estamos ahora.
Desde allí cuando quieren las águilas se dejan ver.
Luego seguiremos el cauce del rio Gallo, hasta donde se junta con el Tajo.
El sitio se llama el Puente de San Pedro, y allí hay también un sitio que quiero que conozcas.
Podremos hacer fotos a los buitres, y ya buscaremos un sitio para comer.
Mañana pensamos si pasamos la noche aquí en la posada o buscamos otro sitio.
¿Te parece?
Claro que sí, quiero hacer todo eso… de repente me dices seria…
¿Sabes cuantas veces he soñado con un viaje así?
Con las mochilas y nosotros dos, sin pensar solo haciendo esto que hacemos ahora.
Tantas veces como yo supongo… era una deuda que teníamos con nosotros mismos.
Ahora se trata de vivir, hemos aprendido, y quedan muchos sitios por conocer y muchas cosas por hacer.
En silencio a veces se dicen las cosas mejor, y mirándote y viéndote, te digo todo lo que me has oído decir tantas veces.
Es algo nuestro, y nadie puede entender cuánto ha costado llegar aquí.
¿Otro café y nos subimos a la habitación?
Con cara de lobo bueno pero guiñándote el ojo es mi propuesta.
Pones cara de circunstancias y me dices… vale pero que el café sea rápido.
Y aquí tomando este último café termina la primera parte de un viaje al Barranco de la Hoz.


Las dos fotos son del sitio en cuestión, esta última es del pasillo que comunica la Ermita con la Posada.

4 comentarios:

;p dijo...

guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu...
sin palabras.:))
besitos lobo

Lu dijo...

Yo también digo diossssssssssssss impresionante ,magnifico. Es lo mas bonito que he leido en mucho tiempo junto con otro relato que copiastes de otro sitio y nos dejastes leer a todo. Espero esos dedos siempre qiue puedan tenga algo que contarnos.
Muchos besitos Y abracitos Lobo Bonito

Anónimo dijo...

Gracias.
El mejor regalo que podías hacerme

Anónimo dijo...

Lo ves????.........son bocinets........que claro que hacen un todo.