lunes, agosto 30, 2010

Sueño (1ª parte)



Este es un sueño entre otros muchos…
Es viernes noche… y te miro y te digo.
¿Vamos a dar una vuelta y tomamos algo?
Lo que no te digo es que he pensado un sitio de antemano.
Me miras, sonríes algo no notas pero no sabes que es.
Vale una ducha rápida y salimos.
Espero que te duches haciendo un ejercicio de voluntad, para no meterme contigo en la ducha,
eso impediría salir y tenemos toda la noche para nosotros.
Cuando te oigo andar por el dormitorio abro los ojos y me dirijo a la misma ducha que acabas de dejar tú.
Agua fría por mi cabeza y mi rostro para comprobar que no es un sueño, que es real todo esto.
Tres minutos la toalla  y dos más para vestirme.
Salgo a la terraza mientras buscas no se que entre tus cosas, yo no hablo intento solo concentrarme en que estas aquí conmigo.
Como si el silencio me concediera la conciencia total de tu presencia.
Ya estoy oigo detrás mía, y me giro viéndote sonreír, me cuesta no exclamar  Dios que bonita es.
Vamos entonces… paso a tu lado y aprovecho para coger tu cintura y darte un beso rápido en esa boca que tanto me ha hecho soñar.
El sitio está cerca, apenas 5 minutos andando.
Hay varias terrazas de verano juntas pero vamos a una en particular…
¿Por qué esa y no otra?
Los fines de semana ponen salsa y la gente baila, sé que es algo que deseas hacer, hace mucho tiempo.
Y hoy es el día, según oyes la música al acercarnos te giras hacia a mí y sonríes, no hace falta decir nada. solo me devuelves el beso que te robe cuando salíamos.
A ello, suena la salsa y no hay demasiada gente aun, nos sentamos y pedimos las bebidas.
Tu lo que acostumbras, y yo ahora no quiero café, quiero un Jack Daniels para que me queme la garganta en el primer trago y me haga consciente del momento.
A veces eres especialmente jodia, me miras. pero no dices nada, algo presientes pero callas esperando que diga yo.
Coges un cigarro de la cajetilla y sin decir nada lo enciendes y me lo pasas.
Me toca sonreír a mí, la salsa hace que mis pies no se estén quietos y siga el ritmo mientras hago que miro a la gente bailar.
Pero lo que hago es verte a ti, notarte, no perder detalle de cada gesto tuyo.
Va llegando gente que conozco, que vienen todos los viernes a bailar y los saludamos.
Estos no esperan disfrutan con la salsa y directamente van  directos a ello.
Estas nerviosa, quieres ir, pero te da vergüenza  yo hago como que no me doy cuenta.
Y sigo fumando, espero el momento.
Ya llego cambio de canción y sin darte tiempo cojo tu mano y tiro de ti.
Te acerco a mí y solo tú lo oyes, tranquila déjate llevar.
La gente que conozco no les hace falta ningún libro para saber que te sientes extraña y como saben romper el frio.
Uno de ellos grita Rueda…
Y todos le siguen Rueda cubana.
Rápidamente se forma el círculo y empezamos la rueda…
Aguaaaaaaaaaa
Yo te llevo solo te digo susurrándote, déjate llevar  y disfruta, y comienzan los cambios…
Dameeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Te veo cuando te suelto, que sonríes, ya has cogido el ritmo y te sientes arropada.
Y ya no importa nada más que la rueda y el ritmo en ese momento.
El que casi tropieza soy yo… mirarte hace que se me olvide lo que hago, y la pareja que me toca en ese momento me dice…
¿Qué te pasa estas dormido?
Sonrió y la respondo… no, dormido no en el Cielo.
Y la magia del momento es disfrutar el baile.
Mientras los pasos de la Rueda cubana se suceden yo te miro y hago esfuerzos para seguir.
Tú sonríes y te sientes llevada en volandas mientras el círculo se completa.
Al fin llegas a mi lado y tu cara lo dice todo, no hace alta preguntarte.
Pero casualidades que tiene la vida, suena una canción que viene al pelo al momento
 Marck Anthony y  Te voy a comer a besos
Y esa es para bailarla conmigo, lo siento pero nada de ruedas y esperar a que regreses.                  
Y le hago caso… te beso, cada vuelta que das a mi alrededor lleva el sello de un beso mas.             
Y ríes, dices estás loco lobo.
Y yo te miro y te digo
¿Ahora te enteras que tú eres quien me volvió loco?
Y la noche avanzaba, bailabas y bailabas, salsa, bachatta, Merengue
Como es norma en estos bailes, bailabas con ellos como yo con ellas.
Tu sonrisa te delata… disfrutas cada baile y cada momento.
Se hace tarde… nos dicen que por la hora tienen que quitar la música.
Y nos sentamos riendo, nos damos cuenta entonces que sudamos y necesitamos beber algo.
Yo esta vez regreso a mi costumbre, tú sigues con lo habitual, y dos botellas de  agua.
El ultimo cigarro antes de regresar a la cueva.
Apagan la terraza, y cogido de tu mano, te voy oyendo, tus comentarios.
Te miro, no puedo dejar de hacerlo.
Veo como andas delante de mí, la sonrisa no se borra de  mí cara.
Llegamos a la cueva, y mientras te descalzas yo me siento en el sofá… y estiro mis piernas

  (continuara, jejeje con las ganas que tenia yo de escribir como en las películas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bailar contigo..........