Mil y una pregunta... sin respuesta

Lobo mitad sombra…

¿Donde están tus raíces?

¿Dónde salió todo?

¿De un hecho concreto?

Hubo si, uno que fue el  primero, uno que rasgo piel y entrañas.

Luego se fue  forjando… poco a poco la piel, se fue endureciendo, sangro y cicatrizo tantas veces que ni memoria queda.

Solo restos de alguna, en la cara y en la espalda las más evidentes.

Pero esas cicatrices no forjaron más que el exterior, lo que no se ve

Lo que sangro profusamente durante años, tuvo un efecto durmió y formo lo que fue un lobo mitad sombra.

Etapas oscuras, solo recordarlas crispa mis dedos, pero son parte de la leyenda.

Lobo indómito me han llamado, desconocen quien soy.

Me defiendo, no como soy, si lo hiciera alguien se asustaría.

Cuantas noches pensé eso… De una vez por todas salir, ser yo el que diga… Basta.

No esperar que lo hagan otros.

¿Por qué no hacerlo?

Hubo épocas en las que no importo.

¿Por qué hoy si?

¿Ahora importa más?

Lo que doy no son cosas tangibles, cumplo mi palabra, entrego algo que siempre me trajo problemas.

Doy la libertad a otros de elegir, a cambio casi siempre la misma respuesta.

¡¡ No te intereso lobo!!

Una vez, dos, tres, mil veces, la misma contestación.

Se supone que debería estar acostumbrado, que no debe sorprenderme, pues bien siempre me sorprendo.

La palabra por encima de los hechos, de los actos y de las cosas tangibles.

¿Cuántas veces me equivocare?

¿Tan difícil soy?

¿Lo es entenderme?

Apuesto por vivir, quiero sueños reales, combatir miedos donde estén, pero tener acceso a poder hacerlo también.

Decirme a la cara tu sueño no es el mío, gracias pero sigue tu camino.

Doy la verdad, mi verdad cierto, no hablo por otros también cierto.

Mientras escribo esto, mi espalda gotea, es sudor frio.

No hace calor o no hace tanto calor, pero mis dedos están arrancando cosas que quizás no debería decir.