martes, febrero 15, 2011

Día Gris

Están grises las calles del centro de Madrid.
Grises y vacías, no sé si es el día de descanso de muchos bares y restaurantes.
Pero había bastantes con el cierre echado.
Ha sido difícil encontrar donde comer, una vez me decidí por uno.
Cambie de idea y tome un café y me fui a pasear, sin mochila y sin cámara.
Eso si empieza a preocuparme… ¿pierdo mis señas de identidad?
No sé qué me ocurre que el peso de la mochila en mi hombro ya no es un contacto agradable.
Y cuando este no se produce, no lo echo de menos.
¿Tendré que ir al veterinario para que me vea?
Casi mejor que no, está empeñado en hacerme mil pruebas y no estoy yo para que me hagan fotos por dentro ni me saquen la poca sangre que me queda.
Hablaba de tristezas, no de lobos viejos…
Las calles y callejones del barrio de los Austria tienen esos cambios, de luces y sombras.
Con una gama de grises a veces espectacular.
Por esos callejones lleve a dar un paseo a mis huesos.
Y la lluvia se vino conmigo, no está mal pasear con ella, las calles se vacían, solo algún despistado que corre para no mojarse.
Siempre me gusto notar la lluvia en mi cara, y la sensación de mi pelo mojado.
Manías de gente mayor supongo…
Bueno como este texto que estoy escribiendo lo voy haciendo desde el autobús y mi parada esta próxima será mejor llegar a la cueva para terminarlo,  para lo que tengo que decir.
Pensándolo bien, no me voy a resistir hacer un comentario sobre las compañeras de viaje que me han tocado, aparte de ir en un autobús con goteras.
Si, goteras, a cada curva le toca a uno de los pasajeros/as el chorrito de agua en el cogote.
No es la primera vez que me pasa, recuerdo yo un viaje en canarias pasado por agua de la misma manera.
Pero bueno eso… es otra historia.
Van en el autobús tres Sras. de los países árabes (soy yo muy malo para ubicar a la gente de esos países) contra los cuales yo no tengo nada.
Eso sí, ¿Quién dijo que los españoles hablábamos alto?
La madre que las pario, entre que no se las entiende, y entre que hablan las tres al mismo tiempo, y a cual más fuerte.
El viajecito está resultando una película mala de terror.
En resumidas cuentas, el paseo bajo la lluvia, el chorrito del autobús, y las tres amazonas con el hiyab mejor me bajo una parada antes y me tomo un café.
Aunque no me dejen fumar en el bar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sabes....???
yo no llevo camaras nunca...
soy despistadisimaaaa....pero me gusta pasear...y ver...fotografiar en la mente detalles que....ni con el mejor objetivo se captarian...
y no es dificil....mas bien es superfacil.
y....placentero.

morrua dijo...

Que querias... ¿Mojarte o achicharrarte?... nunca me podré olvidar de ese dia... jamás me he reido tanto, entre el chofer de la guagua... como y a que velocidad cogia las curvas ... y luego el chaparrón que caia dentro de la otra, pero lo mejor era tu cara... perdona, pero escribo y me rio... eso ni con una buena cámara se plasmaria, y luego me echabas la culpa a mi por no sentarme donde tú dijistes,jajjaja, bueno lo demás... esto es inolvidable.
Un beso

Lobo dijo...

Eso me pasa por hacer caso a las mujeres...
Tanta guagua, tanto presumir de clima y tenéis los autobuses con goteras...
Eso si, lo pasaste bien Morrua
No se que tiene el lobo, que cuando esta en aprietos hace reír a otros.

morrua dijo...

No se que tiene el lobo, que cuando esta en aprietos hace reír a otros.

Alguién decia... habla, no calles... Pués habla di... yo no sé nada... hablo de un hecho que paso,... (en algún momento, en algún lugar ¿se perdio el amigo?), yo sigo estando aquí...