Noche Mágica... Noche de reyes magos.

Después de la cabalgata… me vine a colocar las fotos.

No sin antes entregar todos los caramelos recogidos, a los destinatarios, aunque creo que estaban más pensando en la llegada de los magos que comerse alguno.

Luego de colocar las fotos y por lo mismo de siempre, la cueva se hizo pequeña.

Y las necesidades grandes… joder si es que entiendo que os aburra leer siempre lo mismo

Me he convertido en monotemático.

No controlo mis pensamientos, y las necesidades se apropian de cada rincón, no hay forma ni fórmula para evitar que eso ocurra día tras día.

Esta noche visto como estaba el tráfico, no cogí el coche y empecé a caminar.

Me gusta hacerlo cuando llueve, sentir el pelo mojado y la cara, me da una sensación de estar vivo

Es como si refrigerara el interior y mis pensamientos no pudieran hacerme arder.

Recuerdo conversaciones, situaciones, y me arrepiento de muchas cosas de las que digo.

Pensarlo no puedo evitarlo, pero si decir determinadas que cosas.

No está la decisión en mi mano, solo puedo hacer más fácil, la vida a otros.

Pobre aspiración, sobre todo cuando mis aullidos resuenan muchas veces trasportando con ellos mi impaciencia.

No hay ni existe excusa, ese fue mi compromiso, y tengo la sensación de que estoy cumpliéndolo mal.

Como recurso… pensaba en la noche que es, alguna cara de los enanos en los hombros de sus padres.

En el compromiso que adquirí con dos de ellos de ir a ver que les dejaran los tres magos.

Porque yo no conocía, los juguetes que habían pedido.

Espero que no se acuerden demasiado pronto y no llamen al timbre a las 9 de la mañana para presumir de sus regalos.

Más que nada, porque visto lo visto y las horas que son, no voy a dormir mucho si vienen a esas horas.

Entre esos pensamientos, había otros de más calado, luchando por volver a ocupar el sitio que les corresponde en los últimos tiempos.

No, no son últimos tiempos, llevan dominando mi cabeza, ya bastante tiempo.

Cuando escribo, recuerdo y se mezclan los recuerdos.

Hace un rato decía… dar un descanso a vosotros los que leéis.

No es  decir que vaya a cerrar el blog… puse las fotos estos últimos días.

Pero deciros… ¿Qué?

Si yo mismo me aburro de necesitar, de pensar, soñar siempre sobre lo mismo.

Si pienso que a mí mismo sueño, no le beneficia tanta repetición tanta necesidad por mi parte.

No ayuda y si agobia.

No sé si son las fiestas, no sé si es el invierno del lobo, tampoco renuncio ni me rindo a lograr.

Pero… ¿escribir sobre ello?

En pocos días volverá la normalidad, la monotonía del trabajo, las comidas fuera de casa, los paseos por los mismos rincones.

Y la sensación de que estos días sin trabajar, han sido vacios.

Sé que no debía escribir esto, habrá quien se pueda hacer responsable de que sea así.

Y se confunde, solo yo lo soy.

¿Veis?

Sin darme cuenta una vez más a lo mismo… mis dedos parecen no saber escribir otra cosa.

Podría contaros que cuando llegue a casa me encontré con mis regalos dejados por los reyes esperándome.

Y me han gustado y sorprendido, reconozco que no esperaba nada, pensaba que sería como otros años.

Y esta vez me equivoque y de pleno.

Un reloj precioso,  de Harley Davison y una taza negra, también de la misma marca.

Me han gustado y me hizo ilusión  el reloj ya va conmigo puesto y la taza me proporcionara café múltiples noches, con alguna otra que es ya especial solo por quien me la regalo.

Con alguna cosa más… que también.

Y el aviso que hay algo pendiente por recibir, que no ha llegado a tiempo.

Ósea que por ese lado todo mejor que lo que esperaba.

Siempre me gusto esta noche, siendo niño y de adulto, cuando mi hija era pequeña me volvía loco buscado sus juguetes.

Siempre me recuerdan un día cinco de enero de hace bastantes años, que me hice más de doscientos kilómetros buscando un juguete que había pedido y estaba agotado.

Hasta encontrarlo recorrí kilómetros y tiendas todas las necesarias hasta encontrarlo.                 

No me costó esfuerzo alguno hacerlo, mi única preocupación es que lo tuviera.

Merecía la pena por ver su cara.

Otros recuerdos de noches como  hoy pugnan por  salir de mi memoria.

Un coche de policía de hojalata, hoy no cumpliría ninguna de las normas de la CE pero quien coños sabia que eran esas normas entonces.

Tenía sirena… y eso era lo que importaba, y fue mi abuelo quien me lo regalo.

Eso ya era… todo un sueño entonces para mí.

El lobo con un coche de policía vamos para nota…. Otro año recuerdo una caja grande en el comedor de casa de mis abuelos conteniendo una ametralladora con trípode y que disparaba balines rojos…

Os podéis imaginar, que después de su montaje la casa de mi abuela estaba llena de balines rojos por el suelo

Además sonaba como las de las películas.

Luego el lobo salió como salió, si es que ya tiraba hacia el monte.

Ya mas mayor casi adulto, una colección entera de libros de aventuras.

Esa la guardo, justo detrás mía esta.

Y creo que serán los únicos libros con los de fotografía que salgan de la cueva en la mudanza.

Son recuerdos sacados esta noche mientras caminaba bajo la lluvia, y que me sirvieron al menos durante un rato.

No, no me he olvidado de ti, sé que cuando puedas vendrás a leer, lo haces siempre.

Y te irás después con esa sensación extraña con la que te vas siempre.

Y yo no puedo evitarlo.

Espero que los reyes magos, os regalen ilusión y sonrisas esta noche a todos  y cada uno de vosotros.