viernes, noviembre 05, 2010

Intermedio..


Tengo varios capítulos escritos sobre el lobezno
Pero hoy no tengo más ganas de recordar, cierto es que al verme reflejado en muchas cosas vividas por mí, podría encontrar respuesta a las otras que hoy no comprendo del lobo.
En todo lo que he ido escribiendo, he buscado anécdotas contables, hay muchos momentos  de los cuales no voy a escribir.
Como el paso de lobezno a lobo, no sé si tocaba por edad, o porque la vida me hizo una putada.
No será reflejada en este blog, ni hablare de algunos hechos concretos que si marcaron y dejaron huella.
Viví y me desarrolle en ambientes opuestos y supe o aprendí a que uno desconociera el otro.
Aprendí a moverme por instinto, me enseñaron a no llorar, eso lo aprendí con tan buena nota, que no lo hice nunca más.
¿Lobo indómito, suspicaz?
Mil adjetivos me han ido atribuyendo desde esa época.
Algunos de descubrimiento reciente y bien reciente.
Bien no voy a discutir ninguno, todos tienen supongo parte de razón y…
¿Quién soy yo para decirle a nadie como debe verme a mí?
Soy reflexivo en muchas situaciones, busco respuestas y soluciones rápidamente, y también me meto en charcos que no debiera.
¿Me extralimito?            
Si, es más que probable, no pido y supongo que no doy pistas a los demás,
¿Se convierte en demasiado rígido lo de dar libertad de elección a otros?
Pues vistos los resultados, va a ser que sí.
Intento aprender, pero tampoco con buenos resultados.
Estoy harto, cansado, de decir esto es lo que soy, no me llenéis de vuestros reflejos ni vuestros deseos para convertirme en otra cosa.
Y si, lo siento hablo en plural, si alguien se ve reflejado y se siente molesto, lo lamento pero tal cual está escrito y sin quitar una coma queda.
Cierto es que espero de los demás, y visto lo visto, espero lo que no se me puede dar, ni conceder.
Lo que para mí no deseo, intento no dárselo a los demás…
Con mal resultado, también.
No soporto el faltar a mi palabra, y eso no se puede aplicar a los demás, cada cual adquiere su compromiso.
Y solo el mismo debe hacerse responsable de él.
No sé hacer más fácil las cosas a los demás, eso sí que está absolutamente claro.
Al contrario se las complico y hago las cosas incomodas.
El caso es que si yo actuara como los demás, tampoco sería bueno, porque entonces me dicen ¡¡coño lobo eso duele!!
Resumiendo ando perdido, y no sé cómo facilitar a nadie su estancia en el territorio del lobo.
No me funciona ninguna fórmula, ni mágica ni teórica.             
Y en la práctica, voy recogiendo adjetivos y definiciones sobre mí que otros ven claramente sobre mi piel.
Supongo que la edad, me hace más intransigente (otro adjetivo más) cuando deseo algo o siento, se convierte en algo serio.
Y procuro cuidarlo y protegerlo
¿Es un defecto también?
Admiro en los demás la facultad de acotar las cosas o cuando las meten en compartimentos estancos, y solo salen cuando tienen que salir.
Yo en eso estoy en franca desventaja.
Mi compartimento soy todo yo.
Y claro mis fronteras son más amplias y mucho más difíciles de vigilar.
Cuando he descubierto que yo también soy capaz de soñar y de sentir, el tema se me ha ido de las manos, no se pueden aplicar los conceptos de vida que he llevado hasta hora.
Pero ninguno…
Moverme libremente, sin dar explicaciones, o el contrario el estar pendiente y buscar la manera de compartirlo todo sea cual sea.
Ninguna me da resultado.
Quizás ahogo a los demás, puede ser eso, pero soy como en la ley del péndulo, de un extremo al otro.
Completa libertad y ahí el problema es cómo usarla.
La libertad de lobo es lo más cercano a lo que vivo hoy puede ser lo último que viva. Y vívelo a fondo sin dudas.
Y eso cierto que crea miedos y rechazos inconscientemente…
De miedos ya he escrito demasiado, y está todo dicho, pensado y meditado.
Compartir todo no es fácil, los tiempos y los modos son distintos y las situaciones y los condicionantes terminan venciendo siempre.
El caso es que leyéndome, solo se puede sacar una conclusión.
No valgo… para relacionarme, no doy lo que se espera, y al parecer facilidades tampoco ofrezco.
Juro que esto ha salido solo, del fondo del territorio del lobo, ni está escrito para que nadie se dé por aludido, ni espero resultados
Pero lo colgare del blog, tengo que ser honesto conmigo y si este blog habla del lobo
Este que también se refleja en estas letras… también es él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creemos conocernos y saber nuestros defectos y virtudes. Pero nos olvidamos que quizás no es la imagen que proyectamos a los demás.
Cualquier comentario, positivo o negativo que hagan sobre nuestra persona deberíamos considerarlo casi como un regalo, quiere decir que se nos tiene en cuenta. Sin ellos sería como si no existiesemos y queramos o no todo el mundo necesita relacionarse, sentirse parte de algo...

Y en definitiva si creemos que alguien tiene una imagen diferente de nosotros y esa persona nos interesa, deberíamos preguntar como nos ve realmente o que interpretación errónea ha dado a nuestras palabras o a nuestros hechos y qué le ha llevado a vernos de esa forma.
A menudo creemos ser claros y contundentes, pero nosotros lo entendemos, el resto.. probablemente lo intenta, sin conseguirlo


Es mi opinión claro... no tiene porque ser compartida

((ª;ª))

Aleatoria dijo...

Si hay algo que tenemos a lo que debemos renunciar es a intentar controlar la imagen que proyectamos a los demás. Eso y los sentimientos que podamos inspirar son cuestiones que se nos escapan siempre.