Los viejos remedios nunca fallan…
Al menos a mí, nunca me dejaron tirado
La noche se presento jodida, si hay días que uno soporta la presión de peor forma que otros.
Y hoy es una de esas noches... y tuve que salir en busca de adrenalina.
La laguna mi destino.
La laguna mi destino.
Agua y Luz en forma de tormenta, justo antes de hacerlo, alguien me dijo… ese sitio tiene magia para ti.
Y si, acertó de pleno, esta noche busque el campo abierto como refugio, no deja de ser una incongruencia mas mía.
No quise arriesgar la cámara a la tormenta, me estoy aburguesando se conoce
Si, lo hice, me puse debajo del agua que caía, lo necesitaba en mi cara y en mi pecho.
No voy a explicar los motivos quizás alguien los conozca, y no quiero eso.
Esto que escribo es más que nunca el espejo en forma de letras que coloco esta madrugada frente a mí.
De lo difícil a lo imposible, de la locura a la sensatez, conozco un solo camino.
El que toman otros, el mío es este salir casi a escondidas a buscarme y encontrar latiendo con fuerza mi pecho.
Ahora aun cae el agua por mi nuca, no me seque, vine directamente a escribir estas líneas.
Mejor dicho a verme, a notarme, el agua y la adrenalina consiguió el efecto deseado.
Sedar, obligarme a no pensar, olvidar el sentir y el soñar por un momento.
Pero cierto y real, no sé si la búsqueda era algo personal, o destinada a mí.
Quizás era la salida para otros.
1 comentario:
Celebro tu vuelta a la prosa que me trajo aquí.
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