Fui a una despedida… y regrese con un reencuentro.

Uno cuando menos se lo espera, se encuentra con los fantasmas del pasado

Me ocurrió hoy…

Hay a quien le gustan mis historias y esta noche voy a contar una.

Hace mucho tiempo, llegue a una nueva cueva.

Durante el primer año vivir en ella era toda una aventura, varias semanas sin luz y agua.

(Las robaba de la obra)  con los obreros andando por todos lados.

En cierta manera era hasta divertido, los primeros habitantes éramos como los colonos de las películas de vaqueros.

Nos faltaban las carrozas y los caballos, aunque yo tenía entonces un Renault-5, para el caso lo mismo.

El caso es que los primeros años, todo estaba por hacer.

Yo había dejado el deporte de competición y había muchos niños corriendo por las calles.

No voy a aburrir a nadie, el caso es que empecé a entrenar equipos de Baloncesto.

De entre estos equipos y para aquella época, cosa poco habitual, uno que siempre fue especial para mí

Empecé con el equipo siendo alevines, no levantaban un palmo del suelo pero tenían voluntad.

10 niñas de corta edad que no debían pasarlo mal porque no faltaban a los entrenamientos, y menos a los partidos.

Reconozco que hice muchos kilómetros llevándolas a jugar a sitios no demasiado cerca de donde vivíamos.

(Al principio sobre todo, papa y mama no estaban por la labor)

El equipo tuvo continuidad, siguieron año tras año jugando y yo como su entrenador.

Con algún buen resultado que otro y sobre todo eran un equipo que funcionaba como tal.

Luego sus carreras universitarias y los novios hicieron su trabajo.

Todo tiene que terminar…

Casi todas hoy están casadas y con descendencia.

Podría contar mis anécdotas divertidas y menos divertidas

Cuando mi hija cumplió los dos años, y cuando yo iba a los partidos empezó a decir, yo me voy con papa (joder como cambian las cosas)

Se convirtió en la mascota del equipo y así fueron pasando los años.

Hoy me he reencontrado con varias de ellas, mi amigo era el padre de una de ellas.

Este verano en la playa donde he paseado, me encontré con ella y su familia, y me dijo mi padre vendrá la semana que viene.

Nos vemos antes que te regreses a Madrid.

Y no fue… no ocurrió.

A veces te arrepientes de dejar correr las cosas, no hacerlas según surgen y llega la puta vida y te dice… perdiste el sitio.

El caso es que el tanatorio estaba lleno de políticos, y no era día para encontrarme con viejos conocidos del mundo de la Política.

Es una de las pocas cosas que hago bien, cuando quiero puedo atravesar muros de gente como si no existieran.

Pero no pueden remediarlo, tienen que hacerse notar.

El caso es que me reencontré con la gente que a mí me interesaba (y alguna que prefería no volver a ver)

Es duro tener que decir cosas a veces sin sentido, (te acompaño en el sentimiento, que gran persona era, etc.) como en otras muchas ocasiones yo prefiero el silencio.

No hay palabras que consuelen, hay abrazos intensos, juro que hoy tuve dos de más de cuatro minutos.

No importa la muerte, está esperando siempre, importa el momento en el que te sientes vivo.

Una vez más aquellas niñas hechas mujer (siempre serán mis niñas) me han enseñado, dandome una lección más.

Cada abrazo con algo especial, dos tres niños cada una, y al final cuando casi me iba.

Entre pequeñas bromas para quitar tensión y conseguir un cuarto de sonrisa.

Quien siempre fue más seria en su comportamiento y en sus formas, me abraza y me dijo mirándome muy fijamente.

Jaime no olvides algo, todas y cada una de nosotras te queremos.

Momento incomodo para mí, yo no estoy acostumbrado a ese tipo de alusiones e intente hacer una broma. ¡¡No quieras liarme que no vas a jugar de titular!! O algo así.

Y me beso y me dijo: No, no hablo en broma formas parte importante de nuestra vida, y no te vas a escapar te queremos.

Joder, ¿como se digiere algo as?

Pues despidiéndome rápido, y pasando sin ver entre gente que no me importaba en absoluto en esos momentos.