De compras

Buenos días…

Me he levantado mas pegado que mi primera tortilla de patatas.

(No sabía yo que había que cortar las patatas finitas)

Esa historia mejor no recordarla, como la primera cafetera que hice.

Solo mi madre creo que la recordara toda su vida.

Mis dedos parecen hoy, figuritas de un nacimiento, vamos que se mueven menos que el Oso y el Madroño de la Puerta del Sol.

Y no estoy yo para pensar, no sea que se me caiga a los pies la neurona y luego no haya forma de subirla.

Ayer estuve de compras, había tanta gente que las escaleras automáticas que parecía un concierto de U2.

Joder con la crisis… ¡¡quieto parado lobo!!  Nada de crisis hoy.

A lo que iba, me compre dos camisetas y dos pantalones de esos que lleva el Nadal, pero nada de hacerse ilusiones, yo no tengo nada en común con el Manacorí.

Eso es un cuerpo y lo mío una finca en proceso de  derribo.

El caso es que alguien me dijo que se llevaban los cuadritos, y yo hice caso a los consejos.

No sé yo.

Me veo como un mantel en una excursión  familiar por el campo.

Y antes que se le ocurra a alguien, no va a ver fotos ni pruebas graficas, el que quiera ver al feo que venga a verlo a su casa.

Nada de exhibiciones… que luego termino en un  Aquelarre de cachondeos  y brujas riéndose.

Las dos camisetas son más de lo mismo de las que usa el lobo, además mañana viendo a Metallica seguro que cae alguna más.

Como fui con mi hija, tuve que acompañarla a sus compras, y a la niña la dio por comprarse tangas.

Y claro, podéis imaginar que puede pasarle a un lobo, metido entre perchas con esas cosas tan pequeñitas.

En efecto… Listos sois

La imaginación se desborda, y no es sano no, el precinto sufre, los sudores caen como si una de catarata se tratara, y no fue una tienda ni dos, no, no, que va.

Hasta cuatro, bueno yo a la segunda no sabía si llorar o pedir socorro al SAMUR.

Mira que es puta mi imaginación, menos mal que iba con mi hija que si no.

(Anoto en la agenda, la próxima vez que vaya de compras con ella, preguntarla si va a comprar tangas)

No repetetiria yo la experiencia… así pierdo yo tallas de pantalón, sudando y temblando.

Luego tomamos un café en el único sitio que nos permiten fumar a los proscritos.

Y siguió el calvario, sentada delante de mí, una mujer de buen ver, con un pantalón de esos que dejan ver el modelo de tanga, y que modelo XD.

Hasta yo llegue a preocuparme, tenía que doler, más que llevarlo parecía que lo llevara tatuado.

Lo mío era una preocupación sincera, por los roces y eso.

Bueno resumiendo que los dedos se quejan, tengo que tomar precauciones cuando vaya de compras, tomar algún sedante o algo así.

Porque luego llego a casa con taquicardias.