Domingo y yo sin ironía...

Pues se supone que tengo que escribir.

Ya me han dicho que hoy no había puesto nada… Coño esto parece el fascículo de Barrio Sésamo.

¿Y donde encuentro yo hoy la ironía?

Me la deje ayer… o hace unos días por el camino.

 No he montado en el metro, echo de menos las camisetas cortas, los pantaloncitos esos tan monos que están de moda.

Que vale para todas las tallas, supongo.

Nada de metro pues… Un domingo es un día que no tiene casi nunca historia, te levantas tarde. Y llevas el día a la espalda.

Y eso sabiendo que el lunes está ahí, amenazando con regresar.

Más que regresar, te pasa por encima, otra vez al teléfono y al correo electrónico.

¿Qué mierda de sociedad hemos montado llena de monotonías y repeticiones?

Hasta la gente que coge el autobús a la misma hora, es la misma de la semana pasada, eso si después de días, meses y años no sabemos nada de ellos.

¿Cómo vamos a saber? si  al menos yo hago el viaje con el Ipod puesto y los ojos cerrados, eso si no soy el único.

Así no mantiene un conocimiento nadie… habrá que cambiar eso.

Prometo fijarme en  los compañeros de viaje de todos los días, sin son compañeras me fijare un poco más.

Y para qué hablar de la gente que desayuna en el bar de siempre, casi se puede decir quien está de baja por enfermedad o se ha cogido un día de empleo y sueldo. Si es funcionario el célebre Moscoso.

Se distinguen que son funcionarios porque últimamente están más mosqueados.

Hay que oírles, nos han rebajado el sueldo, el Zapatero ya se puede preparar.

Ha levantado la cólera de unos de los engranajes del país, nuca supe del todo que movían, pero así se consideran ellos.

Y yo busco ironía, no discutir con funcionarios

Pero a lo que íbamos… ¿de qué hablo yo?