sábado, enero 14, 2006

Viaje en el tiempo.


Anoche sentado en una terraza, compre CD a un mantero.
Bueno eso no es raro.
El tema es que uno de los CD era de la MANDRÁGORA (Javier Krahe, Joaquín Sabina, y Alberto Pérez) para mí son símbolos de una época de mi vida.
Una vez más la música me hizo de maquina del tiempo.
Regrese a esa fase de mi vida, donde pasaba noches enteras intentando arreglar el mundo.
Noches bohemias, teatro aficionado, Cine-forum.
Todo estaba en nuestras manos, cambiar la sociedad, política de universidad.
Progresismo de vaquero, bolsa bandolera al hombro, libros de Jean Paúl Sartre.
Todo eso que formaba parte del uniforme de tanta gente en esa época en Madrid.
Alguna gente de aquella época ahora se la puede ver dirigir, grandes empresas nacionales, o bien ocupando escaños en el parlamento.
Productos del Mayo Francés, ejecutivos y políticos agresivos, artistas de renombre.

Todo paso por nuestras manos...
Hoy padres de familia, que pensaban que los errores cometidos con nosotros no los cometeríamos nunca.
Hombres y mujeres que pensaban arreglar todo, justicia social para todos.
¡¡La cultura al poder!!
Mientras todos esos recuerdos pasaban por mi mente, comparaba lo que pretendíamos, con lo que hemos realizado.
El resultado no es el soñado ni mucho menos, como educadores, como dirigentes, como empresarios, como sindicalistas.
Solo he pretendido traer ante vosotros, parte de mi historia vivida a golpe de botellines de cerveza, y Ducados.
Llena de ilusiones por cambiar el mundo, y de lucha en la calle.
Hoy la historia es otra... que cada cual compruebe cual es la suya.

1 comentario:

Lucía Schaffer dijo...

Uyy... La Mandrágora...¡Qué cosa maravillosa!

Desde lejos y años despúes encontré a esa maravilla de músicos, con ese sarcasmo tan gustado por mí.Con esa mirada del mundo tan rica.

Todos quisimos cambiar el mundo en que vivimos. O lo seguimos intentando.Pero hace años descubrí que siendo lo más clara conmigo misma, logro resultados sorprendentes en la gente que me rodea. Y lo voy cambiando, pero a mordiquistos de ratón.Eso también cuenta.

besos

Lucía Schaffer