Hoy no tengo ganas de escribir.
Ni paciencia para expresarme.
¿Para que contar como están mis nervios?
Quizás tampoco le deba importar a nadie
Relatar el día, no seria un ejercicio entretenido, ni tan si quiera gracioso.
Decir que entre estas cuatro paredes, esta hoy mi día.
Mi esperanza a veces tan esquiva, hoy esta del todo desaparecida.
Me niego a contarlo, a plasmarlo.
Tampoco a reconocerlo, me cuento a mi mismo, me niego descanso,
Busco en el mañana, la ilusión suficiente que me fuerce a levantarme.
Aunque pensándolo bien... antes deberé encontrar, las fuerzas para acostarme.
Cerrar los ojos, y buscar en la oscuridad, paz, suficiente para enterrar mis pensamientos.
Me gustaría dormir durante varios días seguidos, mi cuerpo y mi calma me lo agradecerían.
O escaparme a un paisaje nevado como el de la fotografía que vi ayer.
Donde la bruma y la sombra invaden el valle. Tan solo las huellas de antiguas pisadas cambian el paisaje.
Busco un refugio... Si... lo busco.
Para encerrarme, verme en el espejo del silencio, de un bosque nevado.
Aceptar y continuar hacia delante.
Pero otra vez la sombra en la pared, me recuerda donde estoy, el cigarro se consume solo, con las volutas de humo.
Me despertó el silencio, la música dejo de sonar, mientras mis dedos recorrían una vez mas este teclado.
Ni paciencia para expresarme.
¿Para que contar como están mis nervios?
Quizás tampoco le deba importar a nadie
Relatar el día, no seria un ejercicio entretenido, ni tan si quiera gracioso.
Decir que entre estas cuatro paredes, esta hoy mi día.
Mi esperanza a veces tan esquiva, hoy esta del todo desaparecida.
Me niego a contarlo, a plasmarlo.
Tampoco a reconocerlo, me cuento a mi mismo, me niego descanso,
Busco en el mañana, la ilusión suficiente que me fuerce a levantarme.
Aunque pensándolo bien... antes deberé encontrar, las fuerzas para acostarme.
Cerrar los ojos, y buscar en la oscuridad, paz, suficiente para enterrar mis pensamientos.
Me gustaría dormir durante varios días seguidos, mi cuerpo y mi calma me lo agradecerían.
O escaparme a un paisaje nevado como el de la fotografía que vi ayer.
Donde la bruma y la sombra invaden el valle. Tan solo las huellas de antiguas pisadas cambian el paisaje.
Busco un refugio... Si... lo busco.
Para encerrarme, verme en el espejo del silencio, de un bosque nevado.
Aceptar y continuar hacia delante.
Pero otra vez la sombra en la pared, me recuerda donde estoy, el cigarro se consume solo, con las volutas de humo.
Me despertó el silencio, la música dejo de sonar, mientras mis dedos recorrían una vez mas este teclado.
(Pido perdón a la persona que me presto esta bella foto, por no haberla pedido permiso, para colocarla aquí, en mi rincón, espero que sepa perdonarme el hacerlo.)
3 comentarios:
madrugadas que se hacen eternas...
y mas eternos los dias anhelando esas madrugadas...
Los cómplices de las madrugadas muchas veces( todas en otras) calman y dan ese placer, tan escurridizo a veces.
Un beso
Lucía Schaffer
la noche es compañera de madrugadas llena confesiones que tenemos guardadas, y con el teclao alzamos la voz para que alguíén nos escuche, no creo que ndie pued molestrse por haber tomado prestada una image saludoss
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