Hoy Madrid amanece ahogado por las cuatro gotas que están cayendo sobre la ciudad.
El tráfico tiene miedo, debe ser a que los coches se mojen, los conductores temen que se les ensucie su vehículo gama media.
Después de una noche larga y tediosa donde dormir era el fin pero sin medios para conseguirlo.
Me levante dispuesto a mojarme (odio los paraguas)
Y una vez en el autobús, a buscar la paciencia para resistir el tráfico lento, la radio pertinaz que todas las mañanas suena.
Oyendo al mismo tipo, desgranar sus opiniones sobre lo mal que esta todo.
Cansan y aburren pontifican y juzgan a la ligera.
Mientras los bostezos y las toses del tabaco son como la sintonía del despertar.
La noche acompaña ese primer viaje a Madrid, solo las luces de los coches reflejan en los cristales el movimiento.
Despierta la ciudad, los ciudadanos andamos hacia el Metro y los autobuses, como en esas series que hoy tienen tanto éxito las de zombis.
Solo falla el maquillaje aunque no siempre.
Algunos no lo necesitamos, nuestro despertar y caras a esas horas de la mañana .
Es un reto diario al estilista y maquillador mas fantasioso y original.
Luego esta el equilibrio del transporte publico, todo un ejercicio de atleta en algunas ocasiones, mantenerse de pie entre frenazos y puestas en marcha, requieren mucha practica.
Eso y la lucha por el ultimo asiento libre del vagón o del autobús.
Es la rutina diaria que hoy rompió la lluvia por un rato.
Tengo que escribir mas, eso pienso cada vez que me doy una vuelta por estos lares.
Y lo hago y luego lo olvido sin dejarlo aquí y cuando lo releo ya no me es valido para ponerlo.
Pero si... tengo que al menos desahogarme un poco
Y esta es una manera tan buena como cualquier otra para hacerlo.
Lo curioso es que según las estadísticas del blog este sigue recibiendo visitas.
escriba yo o no.
Lo cual solo puede decir que lo que triunfa aquí es la decoración del sitio.
sus lámparas elegantes y los sofás cómodos
Por que si no... no me lo explico